Organizaciones y expertos aseguran que, la situación económica en Venezuela derivó en que muchos niños y adolescentes en situación de pobreza o vulnerabilidad se hayan visto obligados a salir a las calles para trabajar y conseguir el sustento del día.

Un informe de la ONG internacional World Vision reveló que, entre los trabajos infantiles más comunes se encuentra la mendicidad, el trabajo doméstico y las ventas ambulantes. Mientras que 15% de niños y niñas son obligados a vender drogas ilegales.

Vanesa Moreno coordinadora de prensa del Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap) declaró en entrevista para el Diario 2001 que otra principal causa por la que estos jóvenes se encuentran en las calles es el abandono familiar.

«Los padres emigran y dejan a los pequeños totalmente desamparados. La violencia que pueden vivir dentro del hogar ocasiona que decidan escapar», indicó.

Algunas casas de abrigo reportan que no hay más espacio ni suministro para cuidarlos, y que casi a diario reciben la visita de familiares y personas que han quedado a cargo de los menores tras la partida de sus padres que preguntan si los pueden dejar en esos albergues.

Cabe destacar que un estudio elaborado por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), detalló que durante la pandemia, el trabajo infantil se incrementó 20% respecto a años anteriores.

Riesgos

En este sentido, Moreno destacó que debido a la explotación laboral a la cual están sometidos, deben cumplir jornadas muy largas y con una remuneración muy baja.

«Niños de entre ocho y 15 años de edad que viven expuestos y sin alimentos, están sujetos a la prostitución forzada, a la violencia, el abuso policial y el consumo de sustancias ilegales que se facilitan en las calles», dijo.

Foto: Cortesía

La coordinadora de prensa de Cecodap dijo que la proliferación de niños en situación de calle aumentó en comunidades con una condición socioeconómica baja.

«No existe ningún ente oficial que pueda diagnosticar este incremento, por lo tanto nosotros nos estamos guiando por lo que observamos. Por ejemplo, una persona que viva en una zona acomodada probablemente no va a percatarse de esto al salir», manifestó.

La Unicef, en 1997, agrupó a los niños en situación de calle en tres categorías:

  • Niños en peligro, que viven en la casa pero son susceptibles de huir de ella.
  • Los que viven a la intemperie.
  • Menores que trabajan para sus padres.

¿Qué hacen para sobrevivir?

Tulio Ramírez sociólogo informó que en un ambiente considerado generalmente como peligroso, los niños de la calle enfrentan diversos problemas.

«No tienen acceso a una dieta saludable, ni siquiera tienen comida, comen lo que encuentran», afirmó.

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Ramírez explicó que están expuestos a diferentes enfermedades por falta de higiene y, con frecuencia, su salud es preocupante.

«Recurren a dormir en sitios abandonados, en cajas de cartón, en rincones con techo o en cualquier lugar que los ampare del frío de las noches».

Por ello, algunos peligros a los que deben enfrentarse son: hacer las necesidades fisiológicas, la búsqueda de comida, luchar contra las enfermedades, soportar el rechazo y el maltrato y la búsqueda de dinero.

«Basta pasear por sitios como Sabana Grande para verlos en el suelo, pedir comida y dinero a los transeúntes o en restaurante que, de vez en cuando, les dan comida», precisó el sociólogo.

¿Cómo ayudar a los niños y adolescentes en esta situación?

El sociólogo Tulio Ramírez sostuvo que, todo comienza desde casa, por lo que es de suma importancia una familia estructurada, padres que den supervisión y educación al niño.

«La mala gestión económica ha ocasionado que la atención vaya directa al dinero y no a los más pequeños del hogar», opinó.

«Lo ideal sería poner a disposición un sistema de protección activo para que sean atendidos, así como mecanismos especiales de salud», sugirió Ramírez.

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De igual manera, la coordinadora de prensa de Cecodap Vanesa Moreno puntualizó que, los ciudadanos deben exigir que existan políticas públicas para atender esta problemática.

«Deben tener el derecho a la educación y la erradicación de la discriminación y violencia que sufren día tras día en las calles del país. Es importante que el Estado provea una alimentación adecuada en los centros de atención que ayudan a los jóvenes desamparados», concluyó.

Con información de 2001

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