La educación en las fronteras de Venezuela está bajo la amenaza de la exclusión escolar. Esto lo comprendieron organizaciones como Fe y Alegría y la Organización de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), que se unieron para realizar el programa Todos y todos a las escuelas en Táchira y Alto Apure, Zulia y Bolívar, donde la organización defensora de los derechos humanos de los niños tiene una misión constante.

Este programa empezó en marzo del 2019. El motivo principal del proyecto, dicen sus coordinadores regionales, es garantizar la participación escolar. 

En particular, Zulia cuenta con 22 escuelas de Fe y Alegría en las que el programa se implementa. Estas se ubican en La Guajira, la Costa Oriental del Lago, Caja Seca, Villa del Rosario, Maracaibo y Machango. Algunas, a kilómetros de la frontera colombo venezolana, pero todavía no tan cerca, la situación se complejiza.

Según el coordinador de Todos y todas a las Escuelas en Zulia, Atilio Rodríguez, los problemas son los mismos que en el interior, agravado en cuanto a funcionamiento de servicios: problemas de luz, agua y gas, inseguridad y deterioro económico. «Ha sido una constante de dificultades en lo económico, traslado, útiles escolares» dijo. Pocos son los lugares en Zulia donde existe la amenaza de la guerrillacomo sí sucede en la frontera tachirense, pero todavía deben cuidar a sus estudiantes de involucrarse en las actividades de contrabando comunes en la región, como lo es el tráfico de gasolina.

Estas situaciones, además de hacer más difícil la rutina escolar, generan un ambiente turbio para la emocionalidad de los niños, de acuerdo con especialistas entrevistados anteriormente. Pero, según Rodríguez, el programa ha permitido y generado competencias y condiciones para poder dar atención a los estudiantes.

«Nuestra labor es educativa, pero para poder atender lo educativo, tenemos que atender la integralidad y el contexto. Para no excluir a ningún muchacho, tenemos que ver las distintas necesidades de todos» dijo.

Atención psico emocional a alumnos y maestros

Según este coordinador la tarea del programa es identificar y trabajar todos los casos que agudizan la asistencia escolar, esto lo hacen junto equipos interdisciplinarios, conformados por psicólogos, educadores y orientadores que monitorean la asistencia, para poder garantizar la permanencia escolar.

Unicef provee a las escuelas del programa con dos tipos de kit. Uno que contienen materiales para los alumnos de primaria, como cuadernos, lápices, bolígrafos y juegos didácticos, y un kit para poder atender toda la parte psico social. Este segundo kit contiene los materiales de «juegos intencionados a construir competencias».

María Maza, psicóloga del equipo de orientadores de Todos y todas a las Escuelas, explicó que los kits no se reducen únicamente a lo pedagógico. En el marco de lo psico social, existe un programa de capacitación a los docentes, «con herramientas que promuevan en sus alumnos el autocuidado emocional», como la inteligencia emocional, el autoconocimiento, el control, la empatía y la habilidad social.

En el primer módulo de capacitación de este año escolar tienen como prioridad el «sentido y significado de la vocación docente».

La idea es que desde la atención psico social, los orientadores fomenten en los docentes la auto motivación para la realización de actividades que puedan alentar a los muchachos al alcance de metas personales.

«Así como a los estudiantes se les pueda brindar el acompañamiento, que el docente se sienta asistido», dijo.

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En cuanto a la atención a casos especiales, los psicólogos trabajan con clínica comunitaria. Según la especialista, hay situaciones que a los niños les aumenta el estrés y que se ven reflejados en sus comentarios durante en las actividades pedagógicas.

«Ellos comentan situaciones que antes no se vivían en la vida de los zulianos, que les parece extraño y la incertidumbre le genera estrés»

Algunas de las actividades que se hacen en las aulas para trabajar el estrés son los ejercicios de relajación y de respiración, que buscan integrar al inicio de cada semana. Los casos individuales que sean mas graves los remiten a un medio público que brinde servicio psicológico, como, en el caso del Zulia, el Hospital Central de Maracaibo o el Hospital Central del Sur.

También con los juegos intencionados, dijo la psicólogo que los niños «aprendan a revelar su emocionalidad», y que buscan que la metodología del aprendizaje se vuelva «activa», impartiendo el mismo contenido programático establecido por el ministerio, pero integrando las dinámicas, como un laboratorio educativo.

El laboratorio que los niños quieren

Elí Guillermo Finos, director de la Escuela Abraham Reyes, ubicada al Noreste de Zulia, dijo que trabajar el ausentismo escolar no ha sido fácil, pues de 600 alumnos que empezaron el año escolar, terminaron 567 y de ellos 150 no asistían a clases de manera regular. Estos ausentismos se debían a que esos muchachos trabajaban algunos días de las semanas.

Sin embargo, en la escuela se han dado cuenta de que «los niños les gusta ir a la escuela y les está gustando esas actividades recreativas extra con sentido pedagógico».

Rescató la importancia de la implementación de inteligencias múltiples, que están orientados a que cada niño aprenda mediante los juegos desarrollando las cualidades que tiene.

Finos dijo que también el programa incluye talleres de transformación en la que los orientadores trabajan las problemáticas del país y le dan espacio a los muchachos para presentar soluciones.

¿Cuáles situaciones los estresan?

De acuerdo con Finos, el reto más importante para quienes integran el plantel es poder adquirir los pasajes extra urbanos hacia la escuela, que se cotizan en seis mil bolívares en autobús y doce mil en vehículos por puesto cada carrera. Estos pasajes deben adquirirlos en efectivo, y en vista de que el plantel se encuentra en un lugar recóndito, no es posible para los maestros asistir a un cajero, por lo cual deben comprar el efectivo en los barrios, que se les vende al 100% de precio.

Además, deben hacer la adquisición de los víveres para el plantel en las bodegas en los barrios, con aumentos de precio del 300% en los productos con respecto a los automercados. En esos lugares, un 90% son colombianos contrabandeados.

La escuela del director Eduardo Vásquez, también queda cerca de un barrio, se trata de la Escuela Técnica Nueva Fe, vecina del barrio La Polar. Ahí la educación está en riesgo.

«No tenemos cerca a la guerrilla, pero se ve la droga, los muchachos robando, los pranes. Es una comunidad que se ve la pobreza y la atención es necesaria para la educación.» dijo.

Después del apagón de marzo, la escuela Nueva Fe tuvo que suspender aún más días de clases por el riesgo que presentaron los saqueos a las bodegas en La Polar. Sumado a esto, hubo un ausentismo «muy alto» del 40% en el plantel.

Además la desnutrición es un importante factor de estrés. El director reportó que 78 estudiantes en su plantel tuvieron que consumir complementos proteicos que les administró la Unicef durante al año escolar, en vista de que presentaron altos índices de desnutrición. Cuentan con un programa de alimentación, pero que a penas empezó en marzo.

«Ellos mismos comentan que tienen que buscar qué comer y que tienen hambre pero no tienen que comer. Cuando repartimos la comida el mismo estudiante pregunta ¿puedo llevar para mi mamá? ¿puedo llevar para mi hermanito? O a veces el niño te dice: “hoy no voy a comer porque mi hermano no tiene comida” y uno le dice no, tú puedes comer y te vamos a dar para que le lleves a tus hermanos»

Vásquez dijo que desde que se empezó a implementar el programa Todos y todas con las escuelas, los niños ven la escuela como una alternativa de escape, porque «ven como la atención que les damos ha funcionado».

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Como consecuencia, muchos ven la preocupación de poder estudiar. Lo cual es un gran avance, puesto que, según el director, «la educación no lo veían como algo que puede ser factible o lo veían como algo innecesario, inclusive los representantes, porque consideran que podrían hacer cualquier otra cosa para producir dinero», como el contrabando de gasolina, que afecta gravemente a la población, ya que la escasez de este producto petrolero los hace tener que hacer siete y hasta ocho horas de cola. Un antivalor, que Nueva Fe se esfuerza por corregir.

Droga, abuso y prostitución infantil

Otros planteles de Zulia bajo este programa viven en situaciones más trágicas, y con menos fortuna de contar con todos los complementos. En el municipio Valmore Rodríguez se encuentra la U.E. Fe y Alegría San Juan Bosco, un plantel en donde la población infantil es muy pobre, y tan solo el 8% tiene condiciones aptas para «sobrevivir», según su directora, María Elena González.

Ahí hay un alto abandono de los niños. De 608 alumnos que terminaron el año escolar, setenta están al cuidado de sus tíos, noventa al cuidado de sus abuelos y 208 están al cuidado de terceros. Solo un 12% está bajo el cuidado de ambos padres.

Por la misma razón, las niñas están desprotegidas ante abusos sexuales y expuestas a la prostitución «porque algo hacen para pagarse la comida», lamentó la directora.

Aunque esta escuela también cuenta con el Sistema Nacional de Alimentación Escolar (Senae), la comida no tiene los componentes nutricionales suficientes. Por eso, 168 niños empezaron el año escolar pasado con riesgo de desnutrición. Sin embargo, gracias a las estrategias de los docentes y representantes, lograron conseguir alianzas para alimentar mejor a los muchachos, de manera que cerraron el año escolar solo con sesenta muchachos en riesgo.

En este momento no cuentan con la asistencia de un psicólogo, ya que el que tenían este último año escolar se fue del país, por lo cual se han tenido que anclar al Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente en su municipio. Tampoco tienen el kit con los útiles escolares, solo el recreativo.

«La Unicef le da prioridad a las escuelas fronterizas. Pero acá se ven las drogas, violaciones y prostitución infantil», dijo.

Sin embargo, considera que el programa Todos y todas a las escuelas ha sido la mejor opción para su plantel, porque los ha obligado a contabilizar casos de los cuales solo se rumoreaba.

El profesor Eduardo Vásquez concluye que el trabajo «no se hace de la noche a la mañana». Pero que la intención es «hacer cultura de lo que está pasando en este momento en Zulia» y tratar de transformar los valores mediante la docencia.

 

Efecto Cocuyo

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