Fernando Pereira | @cecodap | @fernanpereirav
El lunes 25 de enero, el Saime inició un operativo especial dirigido a la cedulación de niños y niñas no cedulados. Días atrás se indicó que más de 100 oficinas del organismo estarán abocadas a tal fin.
Como era de esperarse los reportes del primer día indican multitudinarias colas desde la madrugada, algunas a pleno sol, niños desmayados, sin almorzar, denuncias de supuestos cobros en alguna de la oficina para agilizar la entrega del documento.
Desde Cecodap tenemos meses alertando sobre las consecuencias de que desde el mes de febrero, en razón del confinamiento, se haya suspendido totalmente la expedición de cualquier documento de identidad para niños, niñas y adolescentes. El resultado: miles de familias desesperadas y niños más expuestos por la falta de la debida documentación.
Se dirá que es una consecuencia no deseada de la pandemia; pero cabe recordar que desde que se comenzaron a flexibilizar distintos sectores y oficinas públicas, nunca se le dio prioridad a esta problemática. Se organizaron elecciones parlamentarias y se habilitó la cedulación de adultos de cara a los comicios tomando medidas de bioseguridad.
Este caso nos hace ver la ausencia de autoridades, desde el poder ciudadano, sistema de protección del niño, niña y adolescente que activen los resortes de las instituciones para debatir aspectos de afectan a los niños y sus familias.
La mayoría de los estudiantes y representantes que debieron aguardar con paciencia seguro estaban al margen de que ese mismo lunes se estaban realizando actividades en todo el mundo para conmemorar el Día Internacional de la Educación. La Asamblea General de las Naciones Unidas determinó que cada 24 de enero se destine a su celebración para resaltar el papel que la educación desempeña en la paz el desarrollo, lograr alcanzar la igualdad de género y romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, adolescentes y adultos.
El azar hizo que cayera un día domingo y que por eso los eventos se realizaran durante la semana del 25 de enero con un tema de especial vigencia “Recuperar y revitalizar la educación para la generación COVID-19”.
La propia Unesco ha insistido en estos días en que sigue aumentando de manera vertiginosa la brecha educativa entre una minoría que está beneficiándose de la educación a distancia por contar con recursos para la formación, conectividad y apoyo familiar y una mayoría silenciosa que se está quedando rezagada y con serio riesgo de perder su vínculo con la educación y su razón de ser.
¿Qué debemos hacer para que los niños vuelvan a las escuelas? Se han abierto los distintos sectores de la economía, esta semana abren los cines y teatro y ¿las escuelas cuándo? La respuesta a esta interrogante genera zozobra por el impacto que la emergencia humanitaria compleja ha tenido sobre un sistema educativo que recibe al Covid debilitado en su estructura y cimientos fundamentales.
Los maestros son claves para reactivar la educación.También con motivo del Día de la Educación el Ministro de Educación de Francia expresó: “Uno de nuestros mayores desafíos es acompañar y formar al maestro del siglo XXI. Dado que la educación es la base de nuestras sociedades, el maestro ocupa un lugar central en ella”, Jean Michel Blanquer.
¿Qué decir de nuestros maestros con sueldos de 3 y 5 dólares al mes? Sin incentivos las aulas seguirán perdiendo a sus profesionales mejor formados y no tendrán incentivos para anhelar el retorno a las aulas.
Las comunidades educativas deben tener un rol protagónico para analizar las condiciones de infraestructura, bioseguridad y servicios públicos de cada centro para ver si es factible modalidades presenciales o semipresenciales.
La ley dice que son primeros
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consagró los principios de la prioridad absoluta y del interés superior del niño ya presentes en dos leyes nacionales: la Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente.
Como sociedad tenemos que plantearnos las consecuencias de que los primeros contactos de los niños con los organismos públicos, con el ejercicio de su ciudadanía, estén caracterizados por el maltrato y la improvisación y las consecuencias que tiene ser tratados como los últimos de la fila.
Efecto Cocuyo
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