Fuente: Efecto Cocuyo. – Camas sin colchones, humedad, falta de comidas balanceadas, problemas con el suministro de agua y ausencia de rayos X afectan a los niños, niñas y adolescentes que son atendidos en el Pediátrico Luisa Cáceres de Arismendi del Complejo Hospitalario José Ignacio Baldó de El Algodonal, en Caracas.
Por falta de colchones en las áreas de hospitalización, los médicos no pudieron ingresar a uno de sus pacientes que llegó con complicaciones este 1 de marzo, denunciaron familiares de los pacientes con fibrosis quística y trabajadores del centro asistencial a Efecto Cocuyo.
«Iban a hospitalizar a un niño con problemas de salud y no había colchón para dejarlo hospitalizado«, contó la madre de unos de los pacientes. «Su mamá no tenía recursos para comprar un colchón y al final optó por el tratamiento en casa».
Según los profesionales del centro de salud, el niño debería estar en el hospital porque su tratamiento y condición son delicados. Pero este paciente no fue el único afectado.
«Otra paciente tuvo una crisis respiratoria y tuvieron que ir a Guatire a buscar una colchoneta. Es una situación crónica», dijo otra de las madres.
Las familias y el personal del Pediátrico de El Algodonal estiman que hay aproximadamente 20 camas sin colchón, aunque hace ocho meses solicitaron 40 colchones para poder ocupar las camas vacías y para reemplazar aquellos colchones y colchonetas que ya están desgastados. A pesar de las peticiones, aún siguen esperando.
Sin radiografías ni comidas balanceadas
Pero en el Hospital Pediátrico de El Algodonal no solo atienden a niños, niñas y adolescentes con fibrosis quística, sino también con cáncer, tuberculosis y neumonía. Entre los dos primeros días de marzo ingresó un paciente con un tumor, y solo le mandaron una colchoneta.
«Tampoco hay radiografías. Uno de los pacientes con fibrosis quística más delicado tiene 14 días mal y no hay radiografías. Esto es muy importante porque a veces produce neumotórax (una acumulación anormal de aire que provoca un colapso del pulmón) y no hemos podido saber qué pasa en sus pulmones», manifestó una especialista que prefirió el anonimato por temor a represalias.
En el hospital no hay catéteres de duración prolongada y únicamente dan arroz, arepa o pasta sola de comida. Una de las madres se organiza para llevar comidas con frecuencia a los niños hospitalizados, mientras que las familias de los pacientes internados también llevan sus propios insumos para cocinar en el hospital.
Además, el agua falla con regularidad y, aunque están reparando el techo y el ascensor, aún falta arreglar la humedad, las paredes y las ventanas, además de las camas. En el caso de los medicinas, aunque ya existen medicamentos avanzados para la fibrosis quística, estos no están disponibles en Venezuela.
Según las autoridades, los medicamentos son demasiado caros. Tras conversaciones con funcionarios, las familias crearon un grupo de WhatsApp con integrantes del Ministerio de Salud, pero no les han dado respuestas.
«Ya nos habían dicho que nuestros hijos son costosos, pero el gobierno sí tiene para hacer un estadio de béisbol y no tiene para invertirle a un hospital donde no hay para un colchón. Ahí es donde se ven las injusticias», agregó una de las madres. Tanto las familias como los médicos coinciden en exigir un trato digno para los pacientes.
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