Venezuela cumplió cuatro años sin hacer trasplantes de órganos de donantes fallecidos. El mismo tiempo que lleva paralizado el Sistema de Procura de Órganos y Tejidos (SPOT), un programa que le daba una nueva esperanza de vida a muchos pacientes. 

Katherine Martínez, directora de Prepara Familia, recuerda que a finales de mayo del año 2017 llegó un comunicado a la unidad de trasplante del Hospital JM de Los Ríos en Caracas, donde labora la organización no gubernamental (ONG). 

El documento decía que la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene) suspendería el SPOT temporalmente por la escasez de medicamentos inmunosupresores de inducción en el Instituto Venezolanos de los Seguros Sociales (IVSS). Originalmente se estimó que la paralización duraría dos meses. 

Cuatro años sin procura de órganos: un periodo incierto para los pacientes que necesitan trasplantes en Venezuela
Foto: Daniela León

Inmunosupresores de inducción

Son medicamentos de alto costo que se aplican durante un trasplante para evitar un rechazo precoz del órgano trasplantado.

“De ahí para acá ha sido muy duro lo que han vivido todas las personas que están en hemodiálisis por falta de un trasplante renal. El deterioro que sufren las personas que llevan mucho tiempo en tratamiento. Porque sabemos que sus condiciones no son las mejores con las fallas de suministro de agua. Ellos han tenido que reducir algunas horas de terapia por estos problemas”, indicó Mártínez en entrevista para El Diario

¿Qué ocurrió en esos cuatro años?

Anabela Arminio, asesora médica de la Organización Nacional de Trasplantes de Venezuela (ONTV), aseguró que la suspensión del SPOT llevó a la paralización casi total de los trasplantes en Venezuela. Señaló que además coincidió con el deterioro acelerado de los hospitales públicos. No hay un hospital público en el país que tenga las condiciones para sostener un programa de trasplante de donante vivo y cadáver. Prácticamente los hospitales están funcionando al mínimo indispensable y no cuentan con los servicios de apoyo necesarios para llevar adelante un trasplante”, dijo Arminio en exclusiva para El Diario.
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La también nefróloga especialista en trasplante explicó que los centros de salud deben contar con laboratorios, rayos X, resonador, banco de sangre, quirófanos e interconsultas activas a cualquier hora. Con esto se puede cumplir exitosamente el procedimiento y atender complicaciones que puedan ocurrir.

Durante estos cuatro años ningún hospital del país contó con total operatividad de estos servicios. De hecho, organizaciones como Monitor Salud y Médicos Unidos de Venezuela han denunciado constantemente estas carencias desde que inició la pandemia por covid-19. 

Lucila Velutini, directora de la ONTV, considera que la suspensión se tomó responsablemente en el año 2017. Sin embargo, cuestionó que desde esa fecha el Ministerio de Salud, el IVSS y Fundavene hicieran muy poco para mejorar esas condiciones. 

Cuatro años sin procura de órganos: un periodo incierto para los pacientes que necesitan trasplantes en Venezuela
Paciente renal exige la reactivación de los trasplantes | Foto: Cortesía

“Esto se pudo evitar o al menos pudo durar menos años si se hacían las correcciones oportunas. Aunque nuestro llamado es que se reactive el SPOT, lo primero que se debe hacer es adquirir los medicamentos y dotar a los hospitales, sino sería una irresponsabilidad abrir las unidades de trasplante”, indicó Velutini en entrevista para El Diario. 

De acuerdo con la ONTV, durante estos cuatro años se dejaron de hacer al menos 960 trasplantes. 150 de estos habrían sido para niños. Estas aproximaciones fueron sacadas con base en las últimas estadísticas de trasplantes en Venezuela publicadas en el año 2016. 

En el Hospital Militar Carlos Arvelo de Caracas se retomaron los trasplantes renales con donante vivo en el año 2020. Sin embargo, estos no se hacen con tanta frecuencia como los que se realizaban con el SPOT y las donaciones de pacientes fallecidos. No todas las personas tienen a un familiar que pueda ser su donante vivo, así que ya estamos dejando a un porcentaje importante sin la posibilidad de acceder a un trasplante. Además la ley venezolana solo permite buscar un donante hasta con cuatro grado de consanguinidad, es decir no pueden ser familiares lejanos”, destacó Velutini.
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Otro aspecto que hace complejo este tipo de trasplante es la ausencia de servicios de laboratorio e imagenología. Esto obliga a los pacientes a hacer parte de sus exámenes preoperatorios en clínicas privadas. 

En algunos casos tampoco les garantizan los inmunosupresores de inducción, por lo que se deben adquirir con antelación. En Venezuela, estos medicamentos tienen un costo que va de 350 a 1.500 dólares cada uno. 

Pacientes en diálisis indefinida

80% de los trasplantes de órganos que se hacían en Venezuela eran renales. La suspensión de estos programas ha obligado a las personas con enfermedad renal crónica a mantenerse en diálisis de forma indefinida. 

Anabela Arminio indicó que hay pacientes que pueden durar muchos años en diálisis sin presentar complicaciones solamente si el tratamiento es excelente. 

“Para que un paciente renal esté mucho tiempo en buenas condiciones se le debe garantizar una diálisis excelente, es decir, que haya agua, suficiente material médico, personal adecuado y que la frecuencia de la terapia no se recorte por la falta de ninguna de estas cosas”, detalló.

Arminio aclaró que un paciente mal dializado puede tener crisis hipertensivas, por lo que debe tener el suministro de suficientes medicamentos hipotensores. También requieren fármacos para fortalecer sus huesos, porque el calcio y el fósforo se regulan en los riñones, por lo que pueden desarrollar enfermedades óseas. 

Destacó además que estas personas suelen ser anémicas por lo que deben contar con un medicamento llamado eritropoyetina, una hormona que se sintetiza en los riñones y forma los glóbulos rojos. En caso de que esta medicina no esté disponible se debe recurrir a transfusiones de sangre. “Esto es un inconveniente más, porque los bancos de sangre a veces no cuentan con sangre suficiente. Otra complicación puede ser la falta de reactivos para analizar la sangre y garantizar que el receptor no se vaya a infectar con hepatitis, VIH o alguna otra enfermedad de este tipo”, indicó.
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Katherine Martínez señaló que los niños con enfermedad renal crónica viven esta experiencia de forma diferenciada, porque muchos de ellos están desde muy pequeños en diálisis y esto ha ido deteriorando su salud. 

“Hay niños que llevan tres o cuatro años en diálisis y eso es mucho tiempo, implica muchas horas conectado a una máquina dializadora y muchos cambios de catéter porque estos se contaminan con bacterias. La enfermedad renal es complicada así que no tener la posibilidad de acceder a un trasplante en Venezuela es muy duro”, detalló.

Cuatro años sin procura de órganos: un periodo incierto para los pacientes que necesitan trasplantes en Venezuela
Madre de un paciente con falle renal en una protesta afura del JM de los Ríos | Foto: Prepara Familia

Los pacientes pediátricos deben hacerle frente a otros obstáculos de la crisis venezolana como la carencia de transporte para movilizarse a los centros de salud.Muchas de estas familias vienen del interior o incluso de la periferia de Caracas porque no hay unidades de diálisis donde viven. Tienen que movilizarse en transporte público y eso implica preparar el viaje con mucha antelación, levantarse muy temprano, dejar a la familia en casa, ver como consiguen los alimentos y una infinidad de cosas que hacen esto muy difícil”, expresó Martínez.
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Qué se necesita para la reactivación del SPOT

A juicio de Lucila Velutini, la reactivación puede iniciar desde un centro de salud piloto, que debe contar con los medicamentos inmunosupresores de inducción, el personal suficiente y los servicios de apoyo 100% operativos. 

“Ese hospital debería tener un laboratorio con todo funcionando, con reactivos, debería tener rayos X, un resonador y dos quirófanos que pudieran operar al mismo tiempo. En uno se deben extraer los órganos del donante y en el otro hacer el trasplante al receptor”, explicó. 

En segunda instancia, el IVSS debe garantizar un suministro regular y constante de inmunosupresores de uso diario, porque los pacientes trasplantados deben tomarlos de por vida. 

Otro aspecto que considera importante es la convocatoria del personal especializado: cirujanos de trasplante, enfermeros especializados en trasplante y procuradores de órganos. También deben estar presente los médicos especialistas como nefrólogos, hepatólogos, oftalmólogos, cardiólogos y gastroenterólogos. 

“Venezuela tiene médicos y enfermeros espectaculares y personas que se habían preparado como procuradores de órganos. Tal vez tendríamos que empezar otra vez con la tarea de preparar a la gente que se necesita. Por eso insistimos tanto que se comience por un hospital en donde se puedan formar, en donde se logre ese equipo multidisciplinario. Yo no lo veo difícil, porque nuestro personal de salud tiene la disposición para hacerlo”, añadió.

Para Anabela Arminio también es necesaria la recuperación de las unidades de diálisis existentes y la ampliación de cupos. Señaló que, si el SPOT se realiza paulatinamente, aún habrá pacientes en diálisis que deben contar con las mejores condiciones para su tratamiento. 

Katherine Martínez sugirió que progresivamente podrían habilitarse unidades de trasplante de médula ósea para garantizar que esos procedimientos se hagan en el país. Aclaró que los niños venezolanos solo pudieron optar a esta cirugía a través de un convenio que tuvo Petroleo de Venezuela (PDVSA) con hospitales de Italia hasta el año 2018. 

A cuatro años de la suspensión del SPOT y de los trasplantes de donantes fallecidos, la reactivación de ambos programas parece imposible en medio de la emergencia humanitaria compleja y la pandemia por covid-19. 

El Diario

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