El 7 de abril, el Ministerio de Educación anunció la finalización del año escolar a través de una modalidad no presencial; es decir, a distancia y desde casa. Cecodap, como organización de promoción y defensa de los derechos de la niñez y adolescencia, con más de 35 años de trayectoria, queremos expresar:

  1. No hay condiciones para retomar el año escolar presencialmente. Mantener la suspensión de actividades escolares siguiendo las recomendaciones sanitarias constituye una medida orientada a garantizar la salud y vida de nuestros niños, niñas, adolescentes, docentes y familias.
  2. Hay serias limitaciones para garantizar el derecho a la educación. La crisis generada por la COVID-19 encuentra un sistema educativo debilitado por el impacto de la emergencia humanitaria compleja que se ha acentuado en los últimos años. Dificultades en la infraestructura escolar, déficit de docentes, precario acceso a internet y ausencia de protocolos y metodologías para el uso de herramientas digitales en el proceso de enseñanza – aprendizaje constituyen algunas limitaciones históricas en la educación venezolana, las cuales en un contexto de emergencia se agravan.
  3. Es un reto educar a distancia. Más de la mitad de la población no tiene acceso a tecnologías de información y son públicas y notorias las fallas en la continuidad y calidad del servicio de quienes cuentan con él. Por lo que esta alternativa que brinda la posibilidad de interacción entre los estudiantes, familias y docentes está bastante limitada.
  4. La educación a distancia no debe incrementar las desigualdades. Es cierto que el acceso a internet en el proceso de enseñanza es una alternativa. Sin embargo, existen riesgos de generar exclusión y desigualdades en el proceso educativo de niños, niñas y adolescentes que no tengan acceso a internet o no cuentan con el debido acompañamiento de sus familias y docentes.
  5. Los educadores no están preparados. Las universidades e institutos pedagógicos han formado profesionales para la educación presencial. Educar a distancia no se circunscribe a enviar tareas para casa y corregirlas. Implica toda una metodología de aprendizaje a través de estrategias sincrónicas y asincrónicas, con el acompañamiento de un docente.
  6. La radio y la televisión tienen mayor alcance. Urge la utilización de estas plataformas, adecuando los programas y priorizando los contenidos y competencias curriculares fundamentales. Estos contenidos deben caracterizarse por su calidad y adecuación a las distintas edades y grados de una escuela.
  7. Hay que considerar el contexto de las familias. Hay que considerar la diversidad de condiciones que atraviesan muchos hogares; en las que las energías se concentran prioritariamente en gestionar la sobrevivencia y acceso a servicios públicos (gasolina, agua, luz, gas).
  8. Con la prolongación de la cuarentena, en un contexto de estrés e incertidumbre, se aumenta el riesgo de agresión y violencia dentro de las familias. Hay que contribuir a minimizar las posibilidades de que deberes escolares excesivos se conviertan en un factor generador de conflictos, elevando riesgos de castigos físicos, humillantes o maltratos.

Recomendaciones

Con este panorama en el país, mostramos a continuación una serie de 10 recomendaciones elaboradas por el equipo de Cecodap, conformado por educadores, psicólogos, abogados y periodistas:

– La educación como aliada para sobrellevar la cuarentena. La educación debe representar un canal para ayudar a los niños, preservar sus mentes y mantenerlos motivados. Hay que atraerlos y no ahuyentarlos. El Ministerio para la Educación debe dar orientaciones claras y oportunas sobre la cantidad de asignaciones en proporción con los tiempos. Abrumar a los estudiantes y familias con tareas, lejos de lograr su objetivo, resulta contraproducente. De igual modo, la manera en la que se ha asumido esa metodología y las críticas de representantes por la sobrecarga de trabajo puede afectar negativamente la relación familia – institución educativa. Recordamos que esta es una alianza necesaria que debemos preservar y fortalecer.

– Rescatar el momento educable. Hay que rescatar y convertir en aprendizajes significativos lo vivido en cuanto a educación para la salud, prevención, higiene personal, convivencia familiar, saneamiento ambiental, biología y formación ciudadana. El tiempo disponible también es un aliado para aprender habilidades fundamentales para la vida: cocinar, sembrar, coser, artesanías, tocar instrumentos musicales, cantar, recitar, pintar, programar, leer, escribir, hablar otro idioma.

– A las familias: mantener la calma. Hacemos un llamado a que cada familia acompañe el proceso formativo de sus hijos, de acuerdo a sus posibilidades reales. No es culpa de las familias lo que está ocurriendo. Cuando los estudiantes regresen a clases necesariamente se deberá contar con un período de tiempo para la nivelación de aprendizajes y para poder compartir sus experiencias durante esta situación.

– A los niños, niñas y adolescentes:  valoramos y reconocemos su esfuerzo. No es fácil estar lejos de los amigos, dejar de hacer deporte, música, danza o incluso cambiar la forma como celebramos los cumpleaños. Esta situación es temporal. Llegará el momento en el que retomaremos nuestras actividades y podremos compartir todo lo vivido y lo aprendido.

– Apoyo efectivo a los educadores. Destacamos el rol fundamental que estos profesionales juegan ahora. Es necesario que puedan contar con el apoyo pedagógico y emocional; además de recibir capacitación en las estrategias a desarrollar para el momento, junto a una compensación económica digna que les permita responder adecuadamente ante estas condiciones extraordinarias.

– Utilizar la radio y televisión con fines educativos. Los medios radioeléctricos del estado deben ponerse al servicio de la educación. El Ministerio para la Educación debe definir cuáles son los conocimientos prioritarios para cada nivel y contar con el apoyo de los especialistas en tecnología educativa que puedan diseñar contenidos adecuados para propiciar el aprendizaje.

– Educación emocional y apoyo psicosocial. Los lineamientos del Ministerio para la Educación deben hacer énfasis en la promoción de la educación emocional, que ayude a que los estudiantes y familias puedan reconocer y expresar las emociones propias del momento. Que una preocupación fundamental de los directivos y docentes esté en promover la salud mental de sus estudiantes como premisa para el proceso de aprendizaje.

– Promoción del buen trato y prevención de la violencia como eje fundamental. La red escolar debe activar todos los mecanismos a su disposición para la detección y denuncia de casos de maltrato y violencia intrafamiliar en los hogares. La protección de los estudiantes debe ser una prioridad.

– Preocupación especial por los más vulnerables. Las zonas educativas deben monitorear y solicitar a las autoridades adoptar las medidas necesarias para la atención educativa y de protección de los niños, niñas y adolescentes en zonas rurales, indígenas, fronterizas. Las familias pasan horas sin servicio eléctrico y otras no cuentan con servicio de señal de televisión abierta ni radio.

– Preservar y respetar la estructura física de los centros educativos. Instamos a que las instalaciones sean resguardadas y no se utilicen como centro de refugio en zonas fronterizas o con fines alejados de su concepción educativa.

Cecodap

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