Los costos de las matrículas escolares tienen dos visiones y una misma realidad: hiperinflación. Por un lado, están los padres que no pueden pagarlas y por el otro, instituciones que apenas logran completar los pagos de nómina y mantenimiento.
Puerto Ordaz. En Puerto Ordaz, estado Bolívar, la Unidad Educativa Colegio Marie Pape Carpentier, con 25 años de trayectoria, pensó en la posibilidad de cerrar sus puertas una vez culminado el período escolar 2018-2019.
La presión por mantener la institución con costos de matrículas escolares, mensualidades que, si bien resultan costosas para los representantes, no cubren todos los gastos, es parte de la realidad por la que pasan la mayoría de los colegios privados en Ciudad Guayana.
Y no sería el primero que toma la decisión. En 2016 cerró sus puertas el Colegio Integral Guayana.
De los 189 colegios a los que la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos de Venezuela (Sundde) aplicó una medida preventiva para impedir el incremento en el costo de sus matrículas escolares, cuatro son de Ciudad Guayana: las Unidades Educativas Mariano Picón Salas, Los Próceres, San Agustín y Monte Carmelo.
Carrera contra la hiperinflación
El Carpentier es uno de los más económicos en el sector El Caimito, en Puerto Ordaz. Y aún así, el incremento en el costo de su matrícula escolar fue de 325 %.
Su plantel en alumnos no pasa de los 320 estudiantes desde preescolar hasta sexto grado, con secciones únicas y horario matutino. Tareas dirigidas y actividades extracurriculares en las tardes quedaron de lado, con el propósito de optimizar el funcionamiento de equipos y extender su vida útil.
“La matrícula se va en pagar salarios y el mantenimiento. ¿Cómo se presta un servicio de calidad si no hay mantenimiento?”, señaló Elizabeth Guillén, auxiliar de administración de la institución.
Es precisamente a esta relación de costo y calidad a la que se han enfrentado padres y representantes.
Para el inicio de año escolar que culminó recientemente, tuvieron 20 alumnos menos a la matrícula de 2017-2018. Estos emigraron a colegios públicos. Pero para enero de este año, solicitaron su reingreso al plantel. La educación gratuita vino acompañada de constantes pérdidas de clase por las protestas de maestros que reclaman salarios justos y las condiciones de esas escuelas.
Para el venidero año escolar 2019-2020, tuvieron la solicitud de retiro para dos alumnos, cuyos representantes volvieron a solicitar su inscripción, pues en el resto de las instituciones no consiguieron cupo. La mayoría de los colegios privados en Puerto Ordaz se está reservando la inscripción de nuevos alumnos.
Disminuyen las exigencias
En el Colegio Iberoamericano la matrícula y mensualidad se fijó en un costo de casi Bs. 293.000 por alumno, luego de ser discutido en asamblea con padres y representantes. El acuerdo tomó en consideración mejores salarios para los maestros, en vista de la deserción docente que la mayoría de los colegios ha sufrido por tema salarial.
“Hubo una denuncia de unos representantes y llamaron a la Sundde. Entonces los incluyeron en el Sistema Patria para pagarle a los docentes y resulta que estábamos en mayo, y entonces ellos apenas estaban cobrando febrero, se empezaron a ir porque eso no sirve así. Lo que hicimos en asamblea fue acordar una base de mensualidad y un excedente para otras actividades, nadie se opuso porque se van a mejorar los servicios”, indicó un representante de este plantel.
Al menos cuatro salarios mínimos y seis cestatickets es lo que pagan a los docentes en colegios privados.
“Yo pagué 903.000 bolívares por cada uno, tengo dos hijos. Eso incluye matrícula de inscripción y las mensualidades de agosto y septiembre, seguro escolar y carnet. Por lo menos, ahora no están exigiendo tanto en las lista de útiles. Al mayor le pidieron solo cuatro libretas y un libro de inglés, ya no te piden la resma de papel, el diccionario puede ser usado y cosas así”, comentó Daniela García, representante.
“Los libros que usen pueden ser prestados, regalados, donados, el que consigan. Las libretas, como vengan, y el uniforme no se exige al máximo, si la franela blanca tiene algún dibujo, no le podemos impedir al niño que vea clases porque los padres no tienen para comprar más”, acotó Guillén.
En la Unidad Educativa Colegio Monte Carmelo, uno de los cuatro con medida de la Sundde para impedir el incremento de matrículas escolares, se había fijado el costo de matrícula y mensualidad en 248.500. A partir de esta intervención, sobre la que los directivos tuvieron conocimiento por prensa y no por la misma Superintendencia, las inscripciones hasta este 31 de julio se mantuvieron en Bs. 55.900.
Representantes que ya habían cancelado los Bs. 248.500 han optado por dos opciones: el abono a otras mensualidades o el reintegro del dinero para poder comprar los uniformes escolares.
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