Fernando Pereira | @cecodap | @fernanpereirav
“En marzo vamos a arrancar las clases presenciales, parciales, con bioseguridad a nivel de todo el sistema educativo venezolano”, anunció Nicolás Maduro el viernes 12 de febrero.
A decir verdad, ya varias veces se había anunciado la posibilidad desde el Ejecutivo Nacional. Diferentes representantes de los gremios educativos han manifestado la falta de condiciones por parte de los docentes y los centros educativos para que pueda ser cierto.
Evidentemente las decisiones del Ejecutivo y los Gremios son fundamentales; pero la educación debe ser un asunto que concierne a la sociedad. A un año de las escuelas cerradas la pregunta tiene que ser: ¿qué se debe hacer para reabrir las escuelas? Pues considerando la realidad de nuestro país, este cierre se podría extender indefinidamente.
¿Qué dicen otros actores?
Noelbis Aguilar, directora nacional del Programa de Escuelas de Fe y Alegría, ve el lado positivo de que se plantee reiniciar actividades después de un año, tomando en consideración especial que no todos los adolescentes se están beneficiando de la educación a distancia.
La Red de Padres está adelantando la campaña “Los niños están en todas partes menos en las escuelas”. Recogen la realidad de los niños y adolescentes en las calles y comunidades desconectados de la educación.
Fausto Romeo, presidente de Andiep, ha alertado sobre el peligro de la proliferación de lo que ha denominado “bodegones educativos”. Docentes u otros profesionales que están atendiendo pequeños grupos de estudiantes de familias que pueden pagar por la atención de sus hijos. Señala que esta es una salida para un sector minoritario y que no puede ser la alternativa como país.
¿Qué hacer entonces?
Aguilar advirtió que se requiere una inversión importante para que la infraestructura escolar esté a punto. Hacer posible que los docentes puedan llegar ante las dificultades con el transporte público y la falta de efectivo. Las medidas de bioseguridad requieren que las escuelas tengan agua y jabón. El programa de Alimentación Escolar es indispensable para garantizar el regreso de los estudiantes y docentes. Finalmente, no menos importante, la incidencia del tema salarial del personal docente, con los exiguos ingresos que perciben actualmente no pueden cubrir lo mínimo. La vacunación de los docentes como sector prioritario. Finalmente señala que “esta reincorporación a las aulas debe ser un proceso progresivo y descentralizado que dependerá de la evolución de número de contagios en cada región”.
Quiero retomar la opinión que Juan Maragall de la División de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo me dio sobre este tema:
“La reapertura tiene dos retos: la sociedad tiene que valorar la afectación para los niños, el no poder ir a las escuelas y pensar ingenuamente que están mejor en casa. Para la mayoría de los venezolanos la escuela es el espacio de encuentro con la cultura universal, encuentran en la escuela lo que no tienen en su casa. La escuela es la que permite que un niño que vive en una familia analfabeta aprenda a leer, o si está en una familia que no sabe de matemáticas o historia, las aprenda. Los más afectados son los más pobres y los niños de menor edad. Si eres pobre y menor de 9 años eres parte de la población más afectada por no ir a la escuela. Hay estudios del impacto de no haber ido a la escuela en el caso de niños alemanes y austriacos por efectos de la guerra y cómo afectó su nivel y calidad de vida y empleo. Algo así pudiera trasladarse a los efectos de la pandemia. Sin entrar a valorar los aspectos que tienen que ver con la afectación de la salud mental, exposición a violencia intrafamiliar, maltratos y abusos. Por lo que el costo de que los niños no vayan a las escuelas es muy alto”
Abrir a como dé lugar las escuelas no puede ser la opción; pero tampoco el que permanezcan cerradas indefinidamente. El Ejecutivo tiene la palabra para anunciar las medidas de emergencia que se implementarán; esperamos que se pueda convocar a los distintos sectores involucrados para trazar una estrategia viable. La educación de nuestros muchachos lo vale.
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