Las tasas de mortalidad infantil y neonatal se han reducido en la mayoría de los países del continente americano, excepto en Venezuela, informó la Organización de las Naciones Unidas para Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) este 12 de noviembre. Para Huniades Urbina, presidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría (Svpp), las cifras evidencian el colapso del sistema de salud en el país.
Según el Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2019, Venezuela es el cuarto país de la región con mayor tasa de mortalidad neonatal, con 19,8 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, solo por detrás de Haití, Dominica y República Dominicana. La tasa de mortalidad infantil en menores de cinco años es aún mayor: de acuerdo con los datos más recientes, supera las 30 muertes por cada 1.000 nacidos vivos.
“Eso demuestra el deterioro y el colapso del sistema de salud en Venezuela. Ya entre 2015 y 2016 aumentó más del 30 %. Todos los países del mundo la bajan o la mantienen pero Venezuela la sigue aumentando”, expresa Urbina, miembro de la Academia Nacional de Medicina.
Ambos números están lejos de alcanzar la meta fijada por las agencias de las Naciones Unidas para la región. La FAO destaca que se quieren reducir las muertes evitables de recién nacidos a 12 por cada 1.000 nacidos vivos, al igual que disminuir las muertes de niños menores de cinco años a una tasa de 25 niños por cada 1.000 nacidos vivos.
Desde 2017 no existe información oficial sobre las cifras de mortalidad infantil y neonatal en Venezuela, cuando bajo la gestión de la ministra de Salud Antonieta Caporale, en mayo, se publicó el boletín epidemiológico correspondiente a la semana N° 52 de 2016. El documento señalaba que ese año se registraron 11.466 muertes, 30,12% más que en 2015, cuando hubo 8.812 decesos. Tras la divulgación del boletín, la ministra fue destituida y sustituida por Luis López.
“Lo que venimos advirtiendo es que hay un abandono total del sistema de salud en Venezuela, y de eso da cuenta la mortalidad, da cuenta la migración, los hospitales colapsados, que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Hospitales tienen la mitad de los laboratorios sin funcionar”, dice Urbina, pediatra y exdirector del hospital de niños José Manuel de los Ríos.
De acuerdo con el último Anuario de Mortalidad publicado por el Ministerio de Salud, correspondiente a 2014, en ese año murieron 6.647 bebés menores de 28 días y fallecieron 2.418 niños de entre 28 días y 11 meses de nacidos. Pero ni el boletín epidemiológico de 2016 ni el anuario de 2014 incluyen las tasas de mortalidad infantil ni neonatal por cada 1.000 nacidos vivos.
La tasa oficial más reciente que se conoce data del año 2011, según el documento Cumpliendo las metas del milenio 2012, presentado en septiembre de 2013 por el gobierno de Nicolás Maduro. En esa oportunidad, la tasa de mortalidad en niños y niñas menores de cinco años se ubicó en 16,95 por cada 1.000 nacidos vivos. En comparación con la cifra más actual de la FAO, la mortalidad en menores de cinco años aumentó 13,05 puntos en ocho años.
Urbina destaca que muchas de las muertes ocurridas en los últimos años pudieron haberse evitado o prevenido. Exhorta al Estado a “asumir su responsabilidad” y propiciar la llegada de ayuda.
“El Estado debe frenar la mortandad haciendo inversión adecuada en salud, inversión no solo en dinero sino también en educación. Debe retomar los programas abandonados de malaria, embarazo, educación sexual. Eso se puede hacer con una adecuada recepción de ayuda humanitaria como paliativo, bien entendida, no politizada que abarque a la mayor cantidad de gente”, afirma.
Casi un mes antes de la publicación del reporte de la FAO, la Federación Médica de Venezuela (FMV) alertaba sobre el aumento de la morbimortalidad en el país y denunciaba la falta de información epidemiológica actualizada. Días antes, la Sociedad Venezolana de Medicina Interna (Svmi) advirtió que la mortalidad en general en el país está al mismo nivel de 1969.
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