(EFE).- Al menos 400,000 niños y niñas venezolanos han migrado a diversos países de la región empujados por la crisis humanitaria que vive su país, aseguró este lunes la directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe, María Cristina Perceval.

De ese número de menores, alrededor de 170,000 se encuentran en calidad de migrantes en el Perú, un país que, según Perceval, ha visto cambiar en los últimos años su condición de país “de tránsito” a “país de llegada”, y que acoge en la actualidad a más de 700,000 venezolanos, según la oficina estatal de Migraciones.

 

“Queremos reconocer los avances y el respeto a lo establecido por la Comisión Nacional de los Derechos del Niño por el Gobierno de Perú y la sociedad peruana, pero también alertar sobre algunos signos de preocupación”, apuntó Perceval, quien llegó a Lima este lunes para lanzar la campaña “Recíbelos con amor”, que promueve la no discriminación de niños, niñas y adolescentes migrantes.

“No hablamos de mala voluntad, de negación explícita de derechos, porque eso no existe. Al contrario, los países de la región, y Perú con especial reconocimiento, han mostrado políticas de acogida”, apuntó la representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

En ese sentido, señaló que la preocupación de Unicef responde a la falta de cobertura de necesidades básicas y elementales como “saneamiento, acceso al agua, así como a sistemas educativos para garantizar plena inclusión y acceso de niños y niñas”, los cuales, anotó, no se logran cubrir por las comunidades de acogida debido a que no estaban preparados para el fenómeno migratorio venezolano.

Así también porque muchas de las comunidades de acogida tampoco lo lograban cubrir para los niños que ya habitaban allí, a los que se suman también los niños migrantes venezolanos.

Perceval señaló también que Unicef viene trabajando en crear un una ruta de tránsito seguro para los niños, niñas y adolescentes venezolanos, pues apuntó que estos viajes pueden tomar de 30 a 40 días, y es necesario que se generen servicios que puedan acompañar este viaje.

En esa línea, destacó la necesidad de crear redes de saneamiento en el camino, que permitan la adecuada hidratación de los menores; así como también sistemas educativos y de salud.

“El tema de educación es uno de los puntos que estamos trabajando en Unicef. Buscamos no solo que sean acogidos en las escuelas, sino también que en el tránsito exista una educación no formal que garantice la no discontinuidad”, agregó.

Asimismo, una adecuada atención en salud, pues alertó que si bien hay muchos niños sin vacunas, existen otros tantos sobrevacunados.

Otro de los retos establecidos por Unicef para los Gobiernos de acogida es la creación de sistemas de protección para los recién nacidos, “para que no se genere una situación de apatría”.

“No solo supone la obligación de registrar el nacimiento en el país, sino también el registro de las personas migrantes. Todo un desafío para los sistemas y las distintas áreas gubernamentales”, anotó la directora regional.

Entre los riesgos que acompaña la migración de niños, niñas y adolescentes, Perceval resaltó a las problemáticas propias de la región, en las que se incluye la explotación sexual, la violencia, grupos delictivos, redes de narcotráfico, entre otros.

En esa línea, Perceval consideró clave la intervención de la comunidad entera, para que estén atentos y alertas a que esos niños reciban protección.

“Pedimos que la comunidad entera esté atenta a que esos niños y niñas reciban protección porque se están dando casos de extremo riesgo”, anotó.

Según datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), alrededor de 3,4 millones de venezolanos han abandonado el país debido a la crisis política y humanitaria, con destino a Colombia, Perú, Chile o Ecuador.

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