Para que la participación de la niñez sea natural y legítima es necesario apoyar la construcción de una opinión informada por parte de las niñas, niños y adolescentes, además de promover la formación como un espacio propio de la infancia y adolescencia que les dé representación entre ellas y ellos.
Fuente: Animal Político / La participación de la niñez es un derecho y uno de los cuatro principios fundamentales de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN). Su artículo 12 establece que los Estados deben garantizar que las niñas y los niños estén en condiciones de formarse un juicio propio, así como el derecho a expresar libremente su opinión sobre las situaciones les afecten, teniendo siempre en cuenta sus opiniones en función de su edad y madurez.
La participación es la esencia del crecimiento y del desarrollo: implica opinar, escuchar, tener autoconfianza, creatividad, cooperación, contar con información y construir ideas. Es el mecanismo que nos permite atender nuestros derechos e incidir en nuestras vidas. Es un proceso que debe ser gradual y de la mano del desarrollo de actitudes particulares y aprendizajes.
La formación para la participación es un proceso que se inicia desde la primera infancia, en el hogar, en la escuela, en la comunidad, es decir, en los espacios cotidianos y más próximos a niñas y niños.
Para que la participación de la niñez sea natural y legítima es necesario apoyar la construcción de una opinión informada por parte de las niñas, niños y adolescentes, además de promover la formación como un espacio propio de la infancia y adolescencia que les dé representación entre ellas y ellos.
Asimismo, para que haya una participación activa de niñas y niños es necesario que comprendan las intenciones del proceso participativo, que sean conscientes del mismo, que tengan un papel significativo en las acciones que se emprenden y sobre todo que intervengan voluntariamente.
Por eso, desde Save the Children promovemos y acompañamos espacios de diálogo entre niñas, niños y adolescentes y tomadores de decisiones, para que sus voces sean escuchadas e incidan en cambios de políticas públicas en temas que les afectan.
Para asegurar que la participación de niñas, niños y adolescentes sea significativa y protegida, proponemos la consideración de importantes estándares de participación, mismos que son principios básicos para asegurar un nivel adecuado y óptimo de participación infantil.
Los estándares deben responder al derecho de las niñas, niños y adolescentes de recibir una escucha efectiva que permita su libre expresión y opinión, a ser tomadas y tomados en cuenta, a tener acceso a la información y un ambiente que fomente el libre pensamiento, asociación y opiniones genuinas.
Las personas adultas debemos reforzar nuestro compromiso ético y social para ser parte de la solución y no del problema. Es necesario priorizar los intereses centrales de la niñez, facilitando un entorno favorecedor y amigable para que las niñas y los niños se sientan motivados para participar. Además, es urgente garantizar la igualdad de oportunidades para combatir y erradicar la discriminación y exclusión de grupos vulnerables; al mismo tiempo que se debe brindar apoyo respetuoso para lograr afianzar su confianza.
Por otro lado, se deben de contar con políticas y procedimientos de protección a la niñez para asegurar que la participación de la niñez y adolescencia sea segura. El respeto hacia las niñas y niños involucrados implica un compromiso para proporcionar retroalimentación y seguimiento para evaluar la calidad y el impacto de la participación de la niñez.
Durante nuestro quehacer por y para afianzar un mejor presente y futuro para las niñas, niños y adolescentes en México, hemos realizado diversas acciones para fomentar su participación.
En el periodo que comprende los años 2015 a 2018, en Save the Children implementamos el proyecto Escuelas Construyendo Paz en las entidades de Culiacán, Acapulco, Huixtla, Tijuana y Monterrey, con el propósito de construir espacios educativos para adolescentes y jóvenes enmarcados en la cultura de paz. Para lograrlo, este proyecto tuvo como eje rector que las y los jóvenes promovieran, ejercieran y defendieran sus derechos a partir de la participación ciudadana como vía de transformación hacia escuelas pacíficas.
Del mismo modo, acompañamos la creación de Juntos por el cambio, un grupo de niñas, niños y adolescentes orientado al activismo por los derechos de la niñez y adolescencia. El grupo conformado por 14 niñas, niños y adolescentes con edades entre los 7 y 15 años, que son habitantes de diferentes entidades de nuestro país, tiene como objetivo llevar acciones lideradas por niñas, niños y adolescentes, que promuevan cambios favorables para ejercicio de sus derechos.
En este espacio realizamos una labor lúdico-educativa, apoyándoles en la implementación de actividades que les ayuden a aprender acerca de sus derechos humanos, el Cambio climático, y recientemente, en el contexto del próximo proceso electoral, conociendo las formas en que la niñez puede exigir que las personas candidatas a la presidencia, tengan en cuenta las prioridades de atención a los derechos de las niñas, niños y adolescentes en sus proyectos de gobierno.
Aprendamos y aprehendamos de nuestras niñas, niños y adolescentes. Impulsar su participación es la clave de nuestro futuro.
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